El pasado día 7 de Noviembre nos dejaba el poeta, Miguel Ángel Herranz, "Miki Naranja". Estaréis pensando que esto ya no es actualidad, en un mundo en el que la información es inmediata, y las noticias caducan en 24 horas.
Tuve la suerte de conocerlo en persona, gracias a mi querida amiga Teresa Llamas, y nuestro club de lectura, a través del cual leímos "Lírica de lo cotidiano" , prácticamente mi bautizo con el género de la poesía. Hasta entonces, tenía cierta alergia a los versos, lo confieso. Pero aquel día, todo cambió. Miki consiguió hacerme disfrutar, paladear, embriagarme de las palabras, del ritmo, de la poesía como forma de expresión de la belleza de lo cotidiano.
Por eso he tardado tanto en escribir sobre Miki. Escribo ésto desde la pena inmensa por haber perdido un ser humano excepcional, grande pero cercano. Para acercaros no sólo a su obra, que es maravillosa, sino a la persona. Era humilde. Cariñoso. Y lo escribo también desde la responsabilidad de hacerle un pequeño homenaje recordándole, pero sabiendo que cualquier cosa que pueda escribir, negro sobre blanco, nunca estará a la altura.
Detrás de @mikinaranja, muy conocido en Instagram, estaba como digo una persona entrañable, que ostentaba una potente historia de superación, de un problema como la dislexia, que él mismo contaba.
En la nota de autor que escribió tras el poema que tituló “De a poco“, publicado el 27 de mayo de 2017, @mikinaranja nos cuenta su historia.
DE A POCO
Primero un pie. Luego
otro, y otro, y otro más,
y así: de a poco,
se fue yendo la alegría
entre nosotros.
N.a.
"Tuve (tengo) dislexia y un profesor tartamudo. Los dos hechos así considerados quizá no digan gran cosa pero para mí, tal relación fue crucial cuando era niño.
La dislexia ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Hoy: ella y yo nos llevamos bien, como dos viejos amigos, pero en mi niñez era una compañía tormentosa.
No era capaz de asumir lecturas complejas, si lo conseguía era costa de un grave esfuerzo y concentración. Si debía escribir con prisa omitía vocablos y hasta frases enteras del discurso. Cambiaba las letras y los números de posición, especulaba (de espejo) con las palabras. En fin, un desastre.
Chisco era (es) tartamudo, de Vallecas para más señas (hoy vive en Salamanca) y mi profesor de aquella y de matemáticas, si mal no recuerdo. Tras un examen en el que contesté mal a todas las preguntas y en el que no contento con eso le dibujé (en el reverso del folio) una polla con alas (sí, como suena, una polla con alas) hablamos durante varios días.
Él me enseñó un truco para escribir y leer con “rapidez” que resulta muy eficaz y que además es fantástico para la vida, me dijo. Mira, si yo he sido tartamudo en Vallecas (los setenta, háganse cargo) y he sobrevivido, tú aprenderás a escribir y leer en condiciones.
Cuando veas una palabra, no la contemples en su conjunto letra a letra. Lee y escribe por letras, de una en una, y entre ellas repite hacia dentro: “ratón de Vallecas”.
Ge…ratón de Vallecas…erre…ratón de…ratón de Vallecas…a…ratón de Vallecas…ese…ratón de Vallecas, Chisco.
Parece un remedio absurdo (él lo usaba para controlar su habla) pero os juró que a mí me funcionó. Al principio constituía un desempeño insufrible pero pronto empecé a coger soltura, no me equivocaba y al cabo dejé libres a los ratones y conseguí centrar mi atención.
Pienso que quizá esto también valga para muchas cuestiones. No pretender asumir un proyecto, empeño o afecto en su conjunto y desde el primer día. Separarlo en elementos más simples y consentir que los “ratones de Vallecas” salgan a jugar ."
Gran lector, (recuerdo su "Dejad que los libros se acerquen a mí"), estaba casado con la diseñadora @LuciaBe, y era padre de cuatro hijos, como cuatro son sus libros publicados: Lírica de lo cotidiano, Palabras de perdiz, Érase una pez, y el último, Aquí estuvo Kilroy.
Entre los escritores que en los últimos años han encontrado fama en las redes sociales, en este caso sobre todo Instagram, Herranz era único, retratando las paradojas y los encantos de la vida, en sus "cotidianas" los hijos, los amigos, las renuncias, la enfermedad...
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