La incomprensible censura de lo políticamente correcto en ámbitos literarios, también llega a Francia, tierra de las libertades. La nueva traducción de "Ten Little Niggers" (Los diez negritos) de la gran Agartha Christie, se llamará en adelante "Ils étaient dix" (Eran diez). Tanto el editor como el traductor de la célebre novela de misterio han cedido a la presión de los herederos de la legendaria escritora.
"Ten Little Niggers", como se conoció originalmente, se tradujo por vez primera al francés en 1940, con su título exacto, "Dix petits nègres" (Diez negritos). Con ese título, justo y original, se han publicado setenta y cuatro ediciones francesas.
La novela, de la que se han vendido 100 millones de ejemplares en todo el mundo, no sólo cambia de título en francés sino que su traducción también ha sido revisada para eliminar la palabra "nègre" (negro) en el texto para no herir sensibilidades. Esta palabra aparecía 74 veces en la traducción original.
Hasta que han llegado los herederos de la famosa escritora francesa, y han dicho que hasta aquí. "No debemos utilizar términos que corran el riesgo de herir", explica James Prichard, biznieto de la escritora británica.
"Cuando se escribió el libro, el lenguaje era diferente y utilizábamos palabras hoy olvidadas" .
En el siglo XXI es impensable llamar a nadie "negro", cuando estamos hablamos de una persona de raza negra, a riesgo de parecer racistas.
España, es curiosamente, de los pocos países del mundo que mantiene el título. Cuando el libro se publicó en 1940 en Estados Unidos, la escritora británica dio permiso para que se publicara con un nuevo título, dadas las connotaciones peyorativas de la palabra nigger (negrata) en inglés. Se tituló And then there were none ("Y no quedó ninguno"), n. En los años 80, se publicó en el Reino Unido con ese nuevo título.
No es que cambiarle el nombre de "Los diez negritos" cambie la obra de la autora. Yo creo que el título aquí no cobra mayor importancia. Pero si Agatha lo tituló así, ¿qué derecho tiene nadie a cambiarlo? Máxime que cuando ella la escribió, llamar negro a nadie no era ningún insulto. Hasta ahora.
Sin embargo, estoy convencida de que no podemos leer las obras de los grandes clásicos con las gafas de la mentalidad actual, sino con la perspectiva de entonces. Porque esas obras se escribieron en una época determinada, y no en ninguna otra, con sus condicionantes externos, sus corrientes de pensamiento, y se entienden bien así.
Dejemos los libros(y autores) "muertos" como están. Muy vivos.
Excelente post
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarExcelente blog
ResponderEliminarMuchas gracias ;)
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