El jurado del premio Nacional de Narrativa, compuesto este año, entre otros, por la escritora Almudena Grandes y el crítico Ignacio Echevarría, decidió galardonar el pasado martes a Cristina Morales (Granada, 1985) por su polémica novela "Lectura fácil" (Anagrama).
La “propuesta” de la autora granadina, de 34 años, consiste en dar voz a cuatro mujeres con distintos grados de discapacidad intelectual, que conviven en un piso tutelado por la Generalitat de Cataluña. Y sigue, para ello, el método de “lectura fácil” que da título al libro, mediante el cual se adapta un texto, tanto en el fondo como en la forma, para hacerlo más comprensible a personas con problemas cognitivos". Y en medio, se sirve de un discurso ácido y critica a personas de carne y hueso como la filósofa alemana Carolin Emcke —autora de "Contra el odio", o al actor con síndrome de Down Pablo Pineda. Por cierto, publicación que fue rechazada por Seix Barral por contener alusiones directas a personas instituciones con nombres y apellidos.
La autora del libro galardonado, Cristina Morales
Con lo que no contaba el Ministerio de Cultura, encargado de conceder el premio, dotado con 20.000 euros, era con que esa radicalidad la trasladara también la autora a su opinión política en un momento especialmente delicado para la sociedad española.
Al ser preguntada, poco después de saber que había sido galardonada, por la tensa situación vivida en las calles de Barcelona, ciudad en la que reside, tras hacerse pública la sentencia del «procés», Morales aseguró:
"Es una alegría ver el centro, las vías comerciales tomadas por la explotación turística y capitalista, de las que estamos desposeídas quienes vivimos ahí. Es una alegría que haya fuego en vez de tiendas y cafeterías abiertas".
No contenta con eso, la premio Nacional prosiguió su discurso violento contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado asegurando que «la violencia es la de la Policía, es lo único que se puede esperar de la Policía". Es un cuerpo violento ante el que solo cabe el sometimiento o la autodefensa». Hay que tener en cuenta que unos 300 agentes sufrieron lesiones al intentar contener la violencia de grupos independentistas radicales en la Ciudad Condal. Casi nada.
La verdad, sabiendo que esos 20.000 euros proceden del erario público, me parece cuando menos una falta de coherencia que haya aceptado el premio. Se escuda Morales, alegando que "es un reconocimiento económico que me permite dignificar la literatura como forma de vida", mientras, por cierto hace esas declaraciones desde Cuba disfrutando de una beca concedida por AECID.
Sin comentarios.
Y que conste que no me he leído el libro. Ni pienso.
Y que conste que no me he leído el libro. Ni pienso.